El diestro Sebastián Castella ha sido el máximo triunfador del tradicional festival que se ha celebrado en la plaza de toros de Quito, en el que Morante de la Puebla ha paseado un apéndice y el resto de sus compañeros se han ido de vacío. Una mañana que podría haber sido más exitosa en cuanto al número de orejas cortadas de no haberse sucedido el fallo a espadas.
El diestro francés, que iba vestido con traje parisino y sombrero, ha entendido a la perfección a su novillo de Triana, el mejor de todo el encierro, en una faena de mucho temple y hondura basada por el pitón derecho. El público ecuatoriano pidió con fuerza el indulto del ejemplar, que siempre fue a más, aunque finalmente fue premiado con la vuelta al ruedo y Castella con los dos apéndices.
También obtuvo uno Morante de la Puebla en su primero, un novillo que desarrolló complicaciones en los primeros tercios y llegó a la muleta andarín y gazapeando. Tardó en cogerle el pulso el torero sevillano pero cuando lo hizo consiguió tapar los defectos y se gustó, rompiéndose a torear por momentos, en una faena de mucha belleza estética. Los trincherazos, pases de la firma y trincherillas provocaron el delirio en la plaza y lo que pudo ser un triunfo aún mayor se quedó en una oreja por el fallo a espadas.
Tampoco estuvo acertado con la tizona el mexicano Joselito Adame con el quinto de la mañana con el que salió muy decidido con el capote, mostrándose seguro con las banderillas. Ya en el último tercio, el azteca dejó impronta de buen toreo en varias series largas por el pitón derecho. Hizo guardia al entrar a matar y todo quedó en una ovación.
Por su parte, El Juli estuvo muy por encima de su novillo, un difícil ejemplar de Huagrahuasi; Yanes no pasó de voluntarioso con el manso que abrió plaza y el novillero Curro Rodríguez f.ue silenciado
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